La taberna de Silos by Lorenzo G. Acebedo

La taberna de Silos by Lorenzo G. Acebedo

autor:Lorenzo G. Acebedo [Acebedo, Lorenzo G.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-06-01T00:00:00+00:00


QUINTO DÍA

El mar en llamas

Aún es de día. La batalla deja pocos supervivientes en mi flanco. Peleo contra uno. He perdido de vista a mi compañero Andreas. Pienso que habrá muerto, él, que dos veces me ha salvado la vida en las últimas horas.

Andreas, el vagabundo cretense que ha viajado conmigo en la corte de desharrapados tras las tropas del obispo Tello Téllez. El que me ha enseñado los fundamentos del pugilato o, como dice él, la pigmaquia, el arte de pelear con los puños. Nos hemos alistado juntos, hemos aprendido juntos a manejar la espada en días de entrenamiento frenético. Hemos comenzado la batalla juntos, peleando codo con codo al principio, espalda con espalda después, para protegernos. Ahora no puedo pensar en él. Mi enemigo es mayor y más hábil que yo, pero lleva un corte en el brazo por el que sangra, y sé que si consigo resistir un par de embestidas más acabará agotándose. Él también lo sabe, así que cuando esquivo su último mandoble se aleja algo de mí para tomar fuerzas. Lo sigo con la intención de no darle respiro, y entonces arroja la espada. Huye saltando por entre los cadáveres de los caídos.

Corro tras él lleno de ira y nuevas fuerzas. Me acerco. De una patada alcanzo uno de sus pies en carrera. Rueda por el suelo. Antes de que se levante me arrojo sobre él y le clavo el puñal en el estómago. Una, dos, tres, cuatro veces. ¿Ya está muerto? Se mueve. Cinco, seis, siete veces. Me levanto extenuado. Se mueve. Cojo una piedra enorme con las dos manos y se la lanzo tan airado que solo le doy de refilón. Boquea. Las manos me tiemblan. ¿Cuándo va a dejar de moverse? Cojo la piedra otra vez. Le reviento la cabeza.

Ya no se mueve.

¿Por qué he matado a un herido que huía?, me pregunto mientras intento coger aire para recuperarme. ¿De qué parte escondida de mi interior sale toda esa furia contra un desconocido? Oigo gritos de victoria lejos, tímidos. Entonces viene otro que huye, y se enfrenta a mí, se agacha. Me arroja algo que lleva en la mano.

Veo la lanza en vuelo desde un costado, ahora, como si se la hubieran lanzado a otro. Va despacio. Bastaría con un ligero movimiento para esquivarla, y sin embargo va a atravesarme.

¿Me ha matado? ¿He sentido el alma saliendo por la boca? Se me cae el cuchillo, arrodillado en el suelo, entre cadáveres. El que me ha herido viene a por mí con la cimitarra desnuda. Va a vengar a su compañero.

Entonces alguien se interpone. Opone su espada contra el mandoble que busca mi cabeza. El chasquido de hierros me daña el tímpano. Es Andreas. Le clava el puñal en el vientre al enemigo, hasta la empuñadura. Luego empuja con firmeza la hoja hacia arriba, abriéndolo en canal. Como liberados de una gran presión, los intestinos saltan afuera envueltos en una nube de vaho. El moro cae de espaldas en el suelo.

—Volveré a ayudarte, ¡resiste! —me dice Andreas.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.